A propósito de liderazgo…
No siempre es fácil ser un buen líder. Y el liderazgo y la gestión son dos cosas diferentes. Ser un buen líder significa que debemos ser un ejemplo de cualidades, ser capaces de “predicar con el ejemplo”, inspirar a nuestros compañeros, a nuestros amigos o incluso a nuestra familia. Por supuesto, no tienes que ser perfecto de inmediato... Es un viaje con muchos pasos y estar feliz con el viaje es una parte importante del mismo.
Para ser un buen líder, hay algunos aspectos que una persona debe desarrollar. Veamos juntos cuáles son estos aspectos.
1. Debes escuchar…
Desarrollar tu receptividad es clave. De hecho, la receptividad ayuda a comprender la información en primer lugar y, por tanto, a encontrar la respuesta correcta, las decisiones correctas a tomar. Esto puede ser cierto en el trabajo, pero también en todo lo que haces, en cada situación.
A veces, como líder, no sabes todas las respuestas y eso está bien. Pero siempre debes permanecer abierto y escuchar lo que otros tienen para compartir. Si no escuchas lo suficiente, te perderás partes del panorama general y la gente podría empezar a verte como una persona testaruda y compartirán cada vez menos sus ideas, lo que también puede generar problemas de confianza, etc. Pero escuchando bien desde el principio podrás establecer una dinámica armoniosa allá donde vayas.
2. Libérate de lo que los demás piensan de ti.
No eres perfecto, y eso es normal, porque el fundamento mismo de la vida es la evolución. Si tienes valores altruistas y constructivos, tus cimientos estarán listos para tu crecimiento. Pero si te preocupas demasiado por lo que piensan los demás, podrías empezar a ser demasiado amable, por ejemplo... Y un líder demasiado amable podría perder pasos importantes en el camino y no poder cumplir su misión de representar también una fuerza. de justicia y autoridad, o para defender los intereses de su empresa o de sus empleados de manera resiliente y estructurada.
3. Predicar con el ejemplo.
Al multiplicar buenos ejemplos, se genera confianza. Con confianza, la gente te seguirá. Un día, cuando hayas sido un buen ejemplo muchas veces, la gente naturalmente te escuchará porque tendrá pruebas de que lo que haces funciona y que siempre está respaldado por la buena intención. Esto también significa que dar un buen ejemplo puede incluir disculparse o rectificar errores con buena actitud. De esta manera, habrás construido una autoridad naturalmente equilibrada, sin siquiera preguntar…
4. Conviértete en un experto solucionador de problemas.
Saber que “problemas = soluciones” es una cosa. Pero aplicarlo en la vida diaria es otra historia. Hay que construir esta forma de pensar, esta actitud donde ves los problemas como una oportunidad para aprender cosas nuevas. Esto requiere repetición y, por supuesto, afrontar las dificultades, en lugar de huir de ellas.
5. Fomente lo positivo en todos.
Para ser verdaderamente amable y afectuoso (pero de forma equilibrada), debes ser capaz de reconocer las fortalezas y cualidades de las personas que te rodean. Y más que reconocer sus cualidades, también debes nutrir estas cualidades así como las tuyas propias. Esto significa animar a los demás cuando les va bien, haciéndoles elogios sinceros. Ni mucho ni poco, y también contigo mismo.
Si aplicas estas claves, el éxito sólo será cuestión de tiempo… Y siempre vendrá desde dentro antes de manifestarse a tu alrededor.