Los beneficios de la meditación

La meditación nos reconecta con nosotros mismos, desarrolla nuestra inteligencia, nuestro bienestar y desencadena transformaciones en varios niveles de nuestro ser.


Reduce el estrés y la depresión.

La meditación de atención plena ayuda a reducir los síntomas del estrés, por ejemplo reduciendo la secreción de cortisol, también llamada “hormona del estrés”.

Este proceso reduce el nivel de estrés percibido y facilita el uso de estrategias para afrontar el estrés. Utilizada en terapia con personas que sufren depresión mayor, la meditación también ayuda a reducir el riesgo de recaída de episodios depresivos, que pueden tener importantes repercusiones en la vida laboral y familiar y/o personal.


Mejora las funciones cognitivas.

Se ha demostrado que la práctica de la meditación mejora diversas funciones cognitivas, incluida la atención.

Así, si pedimos a una persona no iniciada en la meditación que se concentre en su respiración, sólo tardará unos segundos en desviarse su atención.

Al meditar, la persona aprenderá a mejorar su concentración. La meditación también mejoraría el control ejecutivo, es decir todos los procesos involucrados en la consecución de un objetivo: selección y ejecución de operaciones relevantes, inhibición de acciones inapropiadas, cambio de estrategias cuando corresponda, etc. 


Fortalece la memoria

Las personas que practican la meditación con regularidad conservan su memoria durante más tiempo a medida que envejecen y, a veces, incluso la mejoran, especialmente las personas mayores.

Un estudio reciente de Sonia Goulet y Carol Hudon, realizado entre personas de 60 años o más que padecen un deterioro cognitivo leve, lo respalda.

De hecho, los sujetos participantes conservaron su capacidad de memoria después de completar un programa de meditación que duró varias semanas, mientras que la memoria de los miembros del grupo de control se deterioró durante el mismo período.


Mejora el sueño

Casi la mitad de la población experimentará insomnio en algún momento.

Un estudio demostró que las personas que participaron en un programa de meditación permanecieron dormidos más tiempo y tuvieron una mejora en la gravedad del insomnio, en comparación con el grupo de control.

Aprender a meditar puede ayudarnos a controlar o redirigir mejor los pensamientos acelerados o acelerados que suelen ser la causa del insomnio. La meditación nos ayuda a relajarnos y liberar tensiones, lo que nos ayuda a conciliar el sueño.


Mejora la salud emocional

La práctica de la meditación conduce a una mejor autoimagen y a una perspectiva más positiva de la vida. Por ejemplo, una revisión de los tratamientos administrados a más de 3500 adultos mostró que la meditación mejoraba los síntomas de la depresión.

De manera similar, un metanálisis de 18 estudios mostró que las personas que recibían terapias de meditación tenían síntomas de depresión reducidos, en comparación con las personas de un grupo de control.


La agudeza de nuestros sentidos aumenta.

La práctica de la meditación también mejora nuestros sentidos en general, incluidos la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto.

Estos sentidos en ocasiones aumentan significativamente, llevándonos a desarrollar la clarividencia, la clariaudiencia y la clarisentiencia.


La intensidad y frecuencia de nuestros sueños aumenta

A través de la práctica regular de la meditación, hay un aumento gradual en la frecuencia e intensidad de nuestros sueños y podemos interpretarlos mejor.

Interpretar nuestros sueños y leer las señales cotidianas es cada vez más natural y sencillo. Así, podremos ser cada vez más autónomos a nivel espiritual, porque al estudiar nuestros sueños y nuestros signos, somos instruidos y guiados continuamente a través de las diferentes etapas de nuestro camino de vida interior y exterior.