Sueño #1: El dragón dorado y el dragón rojo

Un dragón asiático emerge elevándose verticalmente, es de color dorado. Me mira, sube, luego me observa, flota y me espera, veo su boca moverse como si me hablara, y siento que quiere decirme algo pero no lo escucho. . No, o poco, y no entiendo lo que me dice. Muestra su pata, veo aparecer una bola de luz dorada, brilla como el sol. Me acerco al dragón, lo toco, me levanto hasta la altura de su cabeza y luego me instalo detrás de su cabeza. Él sube conmigo, me encuentro en otro lugar. Estoy vestida de blanco y veo en la decoración blanca inmaculada una gran puerta con portal. El dragón está a mi lado, yo me quedo quieto, siento (mis) alas en mi espalda (como un ángel). Miro mis manos y veo las piedras del este (cristal de roca maestro) y del oeste (ópalo noble). Para subir. Un halo de luz aparece sobre mi cabeza, lo observo mientras crece. El centro se vuelve negro y crece y la luz del halo sigue ahí. Parecía un agujero negro. Veo una mano blanca luminosa que desciende del centro del halo, me tira hacia arriba, paso por el centro del halo cuyo centro es negro. Otro universo, el dragón siempre me acompaña. El universo es negro, mi dragón aparece de un blanco inmaculado, avanza (abre el camino) lo sigo, aparece a lo lejos un cerro de cristal blanco iluminado por una luz inmaculada (la luz iluminaba con tanta ligereza, parecía nieve o el agua de una cascada que cae lentamente), es el único elemento luminoso del decorado. Me acerco y lo subo. Llegando hacia la cumbre que quiero subir (la luz allí era fuerte quería alcanzarla), el dragón me lo prohíbe y me indica que debo bajar, hacia un camino sin luz, siento que hay un camino, no Insisto en subir, él insiste a su vez, me muestra claramente que tengo que bajar la colina, bajo, el dragón me sigue y pone un pie allí donde no veo nada. Apenas pones un pie aparece un camino, primero una línea (como una pasarela) luego a cada lado de la pasarela, aparece / y lo que da /, el centro es la pasarela y está enmarcada por la a (perdón pero me no tengo palabras para expresarlo). Acaricio al dragón entre su cuello y su cabeza, le digo que estoy feliz de que él esté conmigo, él está feliz. A medida que avanzas es muy luminoso e impecable. Deslumbrante. Muy fuerte a la vista. Llego a una torre de cristal. Es blanco con reflejos de colores (más bonito que el anterior, allí me siento como en casa). El dragón sube a la cima de la torre, donde puedo ver la colina de cristal anterior. Estoy buscando la conexión con él (el dragón está cristalizado en lo alto de mi torre). No puedo hacerlo, no hay respuesta, siento una energía dañina que emana del cerro. Aparece un dragón asiático rojo (como nacido) (solo veo sus ojos rojo-amarillos) que me mira agresivamente (es grande y macizo hasta el punto que solo veo su mirada). Le doy más fuerza a mi dragón, crece y crece. Ambos nos levantamos, queda en cristal, la torre (la mía) sigue ahí. Flotando junto a él mi dragón ataca al dragón rojo. Le digo que no aprecio la violencia. Le oigo decir que el otro dragón está derrotado. Estoy mirando hacia abajo, es verdad. Regresamos a la torre. Miro la extensión de la decoración y luego, desde los pies de mi torre, una luz inmaculada que se desvanece hacia el oro en la distancia irradia de derecha a izquierda. La luz ilumina todo el espacio de forma definitiva. Pasa una mariposa azul (color azul, dorado claro) y aporta su color a la decoración. Siento que me transformo, levanto mi brazo derecho por encima de mi cabeza, al final de mi mano aparece una bola de luz amarilla dorada como el sol con las mismas características que esta, me vuelvo más luminoso, vuelo, mis brazos actúan. Como alas, se perciben llamas a la altura de mis hombros y bíceps, me siento como un fénix.