Sueño #1: El atraco del hámster
Sueño: Una linda dama me pide que averigüe qué está haciendo una dama mala. Ella me transforma en loro para la misión y a mi amigo en hámster. Llevo a mi amigo hámster que está en mi espalda y nos infiltramos en el edificio.
En la escena, siento que la malvada señora está dañando a los animales que tiene encarcelados.
Intento entrar al laboratorio, pero ella me ve. Le ordena a la anciana señora de la limpieza que barre el pasillo que me atrape. Ella corre detrás de mí con su escoba y yo escapo por la ventana. Aterrizo en el suelo como un humano mientras la anciana, tratando de atraparme, se estrella contra el jardín.
Estoy en el jardín de mamá tendiendo la ropa, estoy frente a mamá, pero ella no me ve.
El palacio dorado de la malvada dama está ubicado encima de nuestra casa y quiero volver allí para ayudar a los animales.
Segundo sueño: Estoy de vuelta en el palacio y con el pase que me dio la simpática señora, tomo el ascensor con mi amigo hámster. Volví a ser loro gracias a un objeto que ella me confió y que me permitió esta transformación. Nuestro plan es lanzar las diferentes llaves esta vez, sin que nadie se dé cuenta, y volver en otra ocasión con las llaves y los refuerzos para liberar a todos los animales aprisionados.
Sueño #2: Emprendimiento Rebelde
Información del sueño:
FARC: Las FARC se presentaron como defensoras de los campesinos pobres contra los grandes terratenientes, las multinacionales y la influencia de Estados Unidos en Colombia. Muchos guerrilleros entraron allí para escapar de la pobreza más que por adherirse a la ideología marxista-leninista. Debilitadas por una sucesión de reveses militares y la muerte de algunos de sus líderes, las FARC anunciaron en febrero de 2012 que renunciaban oficialmente al secuestro de civiles para pedir rescate. La guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue retirada el 30 de noviembre de 2021 de la lista negra de organizaciones terroristas extranjeras elaborada por Estados Unidos
Sueño:
Quiero cerrar con llave una vieja puerta de entrada de vidrio blanco con una vieja cortina gris desde el interior. No puedo cerrarlo. Veo un brazo tatuado, vestido con tela caqui, acercarse al tirador exterior. Veo el brazo presionando el mango para intentar abrirlo.
Sostengo la manija del otro lado para evitar que se abra. La miro a la cara: sonríe con una tensión en los labios. Es una mujer con un lado "militar", o tal vez como las "farc" con un lado rebelde. Lleva el pelo afeitado y un velo de encaje sobre los ojos. Su cara es redonda y su piel bronceada. Es un lugar donde consulto y donde recibo personas. Me digo a mí mismo que ya no podré hacerlo porque ella me lo va a impedir.